Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones,
de palomos, de buitres, de corzos o leones,
no hay manjar que más tiente, no hay más
grato sabor,
había ya estragado mis garras y mi instinto,
cuando erguida en la casi ultratierra de un
plinto,
me deslumbró una estatua de antiguo emperador.
Y crecí de entusiasmo; por el tronco de
piedra
ascendió mi deseo como fulmínea hiedra
hasta el pecho nutrido de nieve al parecer;
y clamé al imposible corazón… la escultura
su gloria custodiaba serenísima y pura,
con la frente en mañana y la planta en ayer.
Perenne mi deseo en el tronco de piedra
ha quedado prendido como sangrienta hiedra;
y desde entonces muerdo soñando un corazón
de estatua, presa suma para mi garra bella;
no es mi carne ni mármol: una pasta de
estrella
sin sangre, sin color y sin palpitación…
¡Con la esencia de una sobrehumana pasión!
Escrito por Delmira Agustini
q lindo lo q escribes y tambien es interesante me gusta escribe mas porfavor
ResponderEliminarHola oscuridad!! Me alegra q te haya gustado este poema :) desafortunadamente este blog ya se descontinuó... si quieres puedes echar un vistazo a otro blog donde encontrarás otros poemas e historias "omnikon.blogspot.com" o busca el blog de "Cazadora Errante"... igual ahi hay historias que te entretendran un buen rato :)
EliminarGracias de nuevo y saludos!!